Las principales diferencias entre cada tipo de sal, están en su sabor, textura y procesamiento, por lo que se recomienda elegir sales con mayor cantidad de minerales y con alta pureza.

 

Sal común de mesa

Es refinada e industrial, se depura hasta convertirse en cloruro de sodio y contiene sustancias antiaglomerantes para evitar que se pegue.

Minerales: yodo

Sodio: 400 mg/g

Pureza: Baja

Beneficios: el contenido de yodo beneficia el correcto funcionamiento de la tiroides y estimula un adecuado metabolismo.

 

Sal marina

Se obtiene por procesos naturales y no contiene aditivos químicos.

Minerales: magnesio, yodo, calcio y potasio.

Minerales: magnesio, yodo, calcio y potasio

Sodio: 287 mg/g

Pureza: Alta

Beneficios: mantiene un ph alcalino, apoya y regula las funciones cerebrales, respiratorias, digestivas y renales.

 

Sal rosa del Himalaya

Dado su alta cantidad de hierro la sal obtiene una coloración rosada, tiene una gran aporte de minerales y se obtiene de procesos naturales.

Minerales: calcio, magnesio, potasio y hierro

Sodio: 240 mg/g

Pureza: Alta

Beneficios: contiene 34 minerales, ayuda a la relajación, mejora la calidad del sueño y ayuda a mejorar el ph corporal.

 

Flor de sal

Se obtiene de salinas naturales donde se deja secar en charcos de agua de mar, tiene una forma crocante muy característica.

Minerales: magnesio, yodo y potasio

Sodio: 450 mg/g

Pureza: Media

Beneficios: Ayuda al correcto funcionamiento del sistema nervioso y es un regulador del sistema inmunológico. Gracias a su valor gastronómico y organoléptico se considera una “sal gourmet”

 

Recuerda que sin importar el tipo de sal que elijas es primordial moderar su consumo, donde la OMS sugiere consumir menos de 5 gramos de sal por día (equivalente a 2 gramos de sodio).

5 grs. Es el consumo diario recomendado para adultos y equivalente a una cucharadita de té al ras, repartida entre todos los alimentos del día.

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