¿Qué son?

Las vitaminas y minerales son sustancias que forman parte de los nutrientes esenciales, se denominan micronutrientes, puesto que los necesitamos en pequeñas cantidades (miligramos o microgramos), y son necesarias para el buen funcionamiento, la mayoría no las produce el cuerpo y debemos obtenerlas de los alimentos.

¿Para qué sirven?

  • Estimulan el funcionamiento del sistema inmunitario

  • Apoyan en los procesos metabólicos

  • Ayudan a las células y a los órganos a desempeñar sus respectivas funciones

  • Son necesarios para el proceso de transformación de alimentos en energía

  • Favorecen el crecimiento y desarrollo

Son imprescindibles para la salud y el funcionamiento del cuerpo.

¿Qué nos aportan?

No nos aportan energía o calorías, pero sin ellas el organismo no es capaz de desarrollar los procesos vitales.

Todas las vitaminas y minerales son importantes, ya que cada una de ellas desempeña papeles diferentes, una sola vitamina o mineral no puede sustituir a las demás, ya que no poseen propiedades iguales.

¿Dónde las encontramos? 

En mayor medida se encuentran en frutas y verduras, también en leguminosas, alimentos de origen animal, cereales y aceites vegetales.

Tipos de vitaminas y minerales

Vitaminas

Hay dos tipos de vitaminas, según se disuelven en agua (hidrosolubles) o en grasa (liposolubles).

  • Las vitaminas liposolubles son: A, D, E, K

Las vitaminas hidrosolubles son: C y el complejo B: B1 tiamina, B2 riboflavina, B3 niacina, B5 ácido pantoténico, B6 piridoxina, B8 biotina, B9 ácido fólico y cobalamina B12. 

Minerales

  • Macroelementos: el organismo los precisa en cantidades superiores a 100 mg por día: calcio (Ca), fósforo (P), sodio (Na), potasio (K), cloro (Cl), magnesio (Mg) y azufre (S).

  • Microelementos: el organismo los precisa en cantidades inferiores a 100 mg por día:  hierro (Fe), flúor (F), Zinc (Zn), y cobre (Cu). 

 

Somos lo que comemos… pero también lo que absorbemos

La clave para no tener deficiencia de vitaminas y minerales, consiste en tener una dieta variada, completa y equilibrada, donde se incluyan todos los grupos de alimentos, buscando la mayor diversidad posible, pero también es necesario combinarlas y prepararlas de manera correcta para poder aprovecharlas.

Al cocinar y lavar las frutas y verduras, mejoramos su digestión, incrementamos la absorción de nutrientes, potenciamos sus antioxidantes y evitamos microorganismos no deseados, pero un lavado y cocción incorrectos puede afectar su disponibilidad.

Lo ideal es consumirlas alternadas entre cocidas y crudas, y utilizar cocciones con la mínima cantidad de agua, para evitar la pérdida de nutrientes.

 

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