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Posiblemente conoces la glucosa pero con el nombre de azúcar. Muchas veces hemos escuchado que puede ser peligroso tener el azúcar baja o elevada. La glucosa, es la principal fuente de energía del cuerpo y sus niveles correctos son la clave para mantener los mecanismos del cuerpo funcionando de manera óptima.
Exactamente la glucosa, es una de las formas más simples de los azúcares (monosacáridos) para el cuerpo, su fuente principal proviene de los carbohidratos (avena, arroz, tortillas, etc). Existen diferentes tipos de azúcar, como la fructosa que proviene de las frutas y la galactosa, que proviene de lácteos. Obtenemos la glucosa principalmente de los cereales, frutas, vegetales y productos lácteos.
La glucosa es una de las fuentes de combustible preferidas del cuerpo, su tarea principal es asegurar el buen funcionamiento de las células del organismo, y mantener las funciones vitales como el latido cardíaco, los movimientos digestivos, la respiración y la temperatura corporal. En otras palabras, podríamos decir que la glucosa es la gasolina para el cuerpo humano.
Específicamente, los alimentos se convierten en glucosa en el cuerpo y ésta es transportada por la sangre a nuestros órganos, para que la glucosa pueda entrar a nuestras células y darnos energía, necesita de la hormona INSULINA, esta hormona funciona como la llave que abre las células para convertirla en energía, sin esta llave no podremos aprovechar la glucosa.
Aunque la glucosa es importante, debemos mantenerla en niveles adecuados. Los niveles de glucosa que no son saludables o están fuera de control, pueden tener efectos permanentes y graves que te pueden llevar a padecer resistencia a la insulina, diabetes o enfermedades crónicas.
Una de las causas principales de su desequilibrio, es el consumo o distribución inadecuada de alimentos, como el exceso de azúcares, grasas o productos empaquetados, que provocan que la glucosa se eleve (hiperglucemia) y genere resistencia para ser absorbida de forma correcta por el cuerpo, por lo que se puede acumular en la sangre o su exceso puede ser almacenado en forma de grasa y por el contrario cuando no comemos suficiente energía podríamos tener niveles bajos de glucosa (hipoglucemia) y presentar mareos o desmayos. Es por esto que es de suma importancia medir sus valores.
Existen dos formas de medir la glucosa, a través de un dispositivo electrónico portátil, llamado medidor de glucosa sanguínea, que mide el nivel de glucosa en una pequeña gota de sangre o de forma más precisa con un estudio de laboratorio.
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