El dichoso disfrutar el proceso

El verdadero placer de correr no se queda solamente en la línea de meta, sino en cada kilómetro que recorremos antes de cruzarla, en cada entrenamiento superado y en la libertad que nos hace sentir. 

Cuando disfrutamos lo que hacemos, nos sentimos más motivados a continuar a buscar más y  llenarnos de pasión. 

¿Qué significa “enamorarse del proceso"?

Enamorarse del proceso y disfrutarlo significa encontrar la felicidad y motivación en el camino hacía nuestros objetivos en lugar de enfocarnos solamente en el objetivo o meta final. 

Cuando llegamos a la meta, muy pocas veces como corredores nos ponemos a reflexionar todo aquello que nos sucedió: Cuántas primeras veces tuvimos, cuántas veces dudamos de nosotros y todo lo que aprendimos durante el ciclo de entrenamiento. 

Es emocionante enfocarse en el objetivo final, en la meta que queremos alcanzar, pero… muchas veces se nos olvida que es el camino lo que nos lleva ahí. 

¿Cómo disfruto el proceso? 

Disfrutar el proceso es la pieza clave para mantener la motivación, crecer como atletas y plantearnos metas aún más grandes, y también para recordarnos de lo que somos capaces de hacer. 

1. Mantén un recuento de tus pequeñas victorias: 

Usa un pequeño diario, donde anotes diario una victoria que hayas tenido, como: 

• terminar un entrenamiento que pensabas que no ibas a terminar

• un tiempo que lograste o una distancia que cumpliste. 

2. Encuentra una motivación intrínseca: 

No te centres en tiempos, ritmos o distancias. Encuentra motivación dentro de correr, dentro del movimiento y lo que te puede brindar. 

Centra tu atención en las sensaciones, conexiones externas con personas, endorfinas y adrenalina que te brinda y en qué tan poderoso y capaz te sientes después de entrenar. 

3.No te vayas sin antes reflexionar: 

Correr se vuelve adictivo, y siempre queremos más y más. Eso es bueno, sin embargo, procura no pasar de un objetivo a otro sin antes reflexionar del ciclo que acabas de concluir. 

Si acabas de cruzar la meta de ese objetivo por el cual estuviste trabajando y anhelando por meses, siéntate o tómate el tiempo de escribir qué fue lo que más valoras del ciclo de entrenamiento, qué fue aquello que te costó y cómo lo lograste superar. 

Finalmente, recuerda… 

Tener en cuenta todos los pequeños logros y retos que tuviste durante el ciclo de entrenamiento y previo a cruzar una meta, te ayudará para recordarte tus fortalezas y reafirmarte que el proceso siempre trae consigo grandes resultados.