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Este conocimiento es esencial para la seguridad alimentaria, contribuye a prevenir el desperdicio de alimentos y de igual manera, ayuda a la economía doméstica.
En primer lugar, al almacenar nuestros alimentos correctamente, podemos prolongar su vida útil y también se reduce la probabilidad de que se echen a perder de manera rápida, por consiguiente menos comida se desperdicia y más se consume en nuestros platos, lo que beneficia tanto nuestras finanzas cómo el medio ambiente.
Ayuda a prevenir enfermedades transmitidas por alimentos, ya que si guardamos correctamente nuestros alimentos en los lugares correctos podemos evitar la proliferación de bacterias.
Es importante recalcar la importancia de almacenar correctamente tus frutas y tus verduras, ya que si no se guardan correctamente se pueden deteriorar muy rápido.
Cuando organices tu refrigerador, evita llenarlo en exceso para permitir una mejor circulación de aire, lo que mejorará la eficiencia de enfriamiento.
Es esencial revisar las fechas de caducidad de los alimentos, y dar prioridad a los productos más antiguos para evitar desperdicios.
Lavar las frutas y verduras antes de almacenarlas,
Ten en cuenta que la puerta del refrigerador es la zona menos fría.
Para mantener las hojas verdes frescas, guárdalas en bolsas cerradas con pequeñas aberturas para permitir la respiración o también las puedes almacenar en un recipiente bajo y largo de vidrio con una servilleta húmeda.
Para mantener los queso frescos y evitar que se sequen o endurezcan, es importante guardarlos en un contenedor con tapa hermética o en una bolsa resellable.
Es importante saber que para que los alimentos se congelen correctamente, deben de tener un contenido de agua moderado, ya que el agua se convierte en cristales al congelarse y esto puede dañar la estructura del alimento al descongelarse.
Divide los alimentos en porciones pequeñas, para descongelar sólo lo necesario y no descongelar todo.
Utiliza contenedores especiales, cómo bolsas resellables, con tapa hermética o envases de plástico.
Ordena tus alimentos de manera lógica, agrupando elementos similares. Por ejemplo, reserva un espacio para los granos y otro para las latas.
Sigue el principio de “primeras entradas, primeras salidas”. Coloca los alimentos que llevan más tiempo en la parte delantera y los más recientes en la parte de atrás.
Los alimentos secos cómo la pasta, arroz y cereales deben de almacenarse en recipientes con tapa hermética. Esto ayuda a que preserven su frescura y protege de plagas.
Realiza limpiezas regulares en la despensa para mantenerla limpia y evitar plagas.