En otoño e invierno nuestra piel tiende a ser afectada por la baja de temperatura y la falta de humedad del ambiente, provocando resequedad, agrietamiento y rugosidad en la piel.
Te mostramos como lograr una piel tersa y suave sin importar el clima:
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Suficiente hidratación: Es fácil olvidarnos de beber agua cuando no estamos en contacto con un día caluroso, como sucede en el verano. Pero el cuerpo y sobre todo nuestra piel necesitan seguir ingiriendo líquidos, así que asegúrate de beber suficiente agua todo el día.
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Vigila tus labios: durante ambientes fríos nuestros labios no generan suficiente humedad para protegerse contra el sol, frío y viento. Los bálsamos orgánicos y sin perfume, son tu mejor opción para los labios partidos. Te recomendamos los que sean dermatológicos, con manteca de cacao, karité, cera de abeja, caléndula o aloe.
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Colágeno: Este es encargado de mantener firme y elástica nuestra piel, al envejecer vamos perdiendo su producción, provocando líneas y arrugas faciales. La mejor manera de evitarlo es teniendo una dieta saludable y equilibrada, tomando suficiente agua, y hacer ejercicio regularmente.
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Exfoliación: La exfoliación química utiliza fuentes naturales de alfa hidroxiácidos (AHA) encontrados en la leche, cítricos, frutas y azúcar de caña para remover capas de piel muerta y escamosa. El beta hidróxido (BHA) encontrado en moras, piña y papaya pueden acelerar la renovación celular natural de la piel, eliminando las células muertas y aumentando la hidratación.
Exfoliación mecánica: ésta involucra utilizar sustancias abrasivas para remover la piel muerta. Se recomienda utilizar productos que contengan pequeñas granulaciones de almendras, azúcar o avena.
No olvides acompañar estas sugerencias de una visita a tu dermatólogo
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